Hace rato volví a encontrarlo, acostumbra deambular por la
casa; me sorprendió lo cambiado de su rostro. Las personas cambian tanto de
pronto, metamorfosis que escapa a la atención.
Puede volverse el pelo blanco mientras se transpiran los recuerdos. Puede
dejar de reconocerse a una persona tan
fácilmente, que cuando se recuerda su cara; deben unirse todos los pedazos.
Oí sus pasos arrastrarse, sus manos aferrarse; me pareció
escuchar una canción apenas musitada.
Fotografías de antes, de ayer, de hace cien años; en donde
las imágenes se pierden. Hace un rato volví a verlo, haciendo las cosas de
siempre, sonriendo las sonrisas de siempre y hablando cosas que casi no se
escuchan; ni se entienden.
Difícil debe ser el comprenderlo, sigue aquí en mi casa, no
deseo verlo más. Por eso he decidido eliminar para siempre todos, absolutamente
todos… los espejos.
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