HELENA


HELENA

Helena se levanta hoy
cualquier día,
de 19 años la esperanza;
de conseguir futuro
de bonanza,
el deseo de crecer
el deseo de “salir”;
en la maquila.

La belleza es sin par
el cuerpo es vida,
es juventud, mujer
sencilla niña;
cascabel de deseos
mil alegrías
que explotan la mañana
de su día.

Y parte Helena al fin
rumbo a la cita,
de cada día de ayer;
de cualquier día,
su trabajo la espera
y camina;
el camino de siempre
de su vida.

La esperanza la enciende
como nunca,
CD Juárez la cuna
de sus años,
asistencia perfecta
a sus trabajos;
orgullo de familia
y de sus pasos.

Es temprano es mañana
el sol asoma,
el camino es cansado
y no le importa,
su cuerpo esta limpio
de amarguras
su corazón repleto;
de mil rosas.

De repente sus pasos
se aceleran,
los latidos
retumban en el pecho,
el sudor en la frente
se hace lecho;
de un rió de preguntas
y de muerte.

Una mano asesina
la detiene,
quema de un golpe
la morena carne,
Helena lucha, grita,
se defiende
y recuerda sus cosas;
y a su madre.

Una cara deforme
se funde con la tierra,
que ensucia su limpieza
y su uniforme
las lagrimas ahogan
su reproche,
la luz del pleno día;
que se hace noche.

Helena que se observa
desde lejos,
pide auxilio sin voz
en él vacío,
el dolor aun le aturde
los sentidos,
una flor que murió;
calor y frío.

Helena no volvió
mas a su nido,
hoy los suyos la lloran,
se ha perdido,
su madre destrozada
solo implora;
que su muerte no quede
sin castigo.

Son 300 o más niñas Helenas,
que han cerrado sus ojos
a la vida,
son madres, son esposas
o son hijas,
son escenas de horror,
son rostros de mujer;
flores marchitas.

Hoy levanto mi pluma
como espada
derecho a la expresión
he acometido
son las muertas de Juárez
el sentido
de este humilde clamor
que es de esperanza.

Que no sean solo cifras
¡son mujeres!
mexicanas están
asesinadas,
ejemplo de trabajo
de quehaceres,
tristísima emoción;
vidas cegadas.

Que sus gritos resuenen
en Chihuahua,
en las cortes, en todos
los lugares,
que sea justicia firme
la aplicada;
y no haya nunca más
muertas de Juárez.

Héctor Flores 2002

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