CAMINO DEL MAR




Pies cansados ya de caminar,
hace tantos años que lo hago.
Como buscando un mar imaginario,
camino al frente, sin encontrar.
Mis huellas se han vuelto
un poco más que interminables,
en ésta búsqueda perpetua
de donde a veces parece alejarme;
el atronador aullido de las olas.
El bastón que sostiene mi mirada,
ha tropezado tantas veces con las rocas.
En el desierto, los gritos son breves murmullos;
es derramada el agua que emana de la herida
y no calma la sed.
Como si de un vicioso círculo tratara.
La búsqueda cesará cuando caigan las escamas,
que cubren los ojos de la luz.
Cuando la parálisis del pecho se convierta
en marcha firme.
Por un horizonte encontrado.
Seguiré buscando, seguiré clamando
al fin, mis manos siguen extendidas.
Llegará un momento que detenga mi marcha
y sienta una caricia que me moje la piel;
que refresque el aliento perdido desde antes,
cuando olvidé el destino al que habría de llegar.
Sigo oyendo el murmullo, y distingo entre sombras
que aún existe el rastro de un plan inicial,
ése que soñé justo antes de perderme,
al doblar en la esquina donde no debí doblar.
Incandescente arena en mi costado
el sol que me recuerda el despertar,
y aunque haya perdido la cuenta de mis pasos,
la brisa imaginaria seguirá sumiéndome la espalda
en mi mar de cristal.

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