No me
levantes, acabo de caer hace un instante.
No es tan
malo dejar de escuchar por conveniencia,
pero
perfecto es el accidente de morir solo un momento.
Si mis ojos
se nublan, no hagas caso;
Después de todo la borrasca ha estado siempre.
No me
levantes, no hay gritos, no hay lamentos,
solo el frio,
que ha aprendido a meterse por mi espalda.
Buscan mis
manos como ojos de ciego,
el cielo que
nunca llega, ese que se detiene
si mi boca
se abre, para decir te quiero.
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